lunes, 1 de noviembre de 2010

PARASITISMO

Contribución de Alejandra Hidalgo de 2º bachillerato sobre parásitos:
Los gusanos parásitos usan increíbles estragegias de control inmunológico (para evitar ser detectados) y cerebral (manipulando el cerebro de sus huespedes) con la finalidad de perpetuar su especie. Spinochordodes tellinii vive en su fase de adulto y se reproduce en el agua, lo que supuestamente sería incompatible con el hecho de crecer, en la fase de larva, dentro del cuerpo de un grillo o un saltamontes, ambos insectos terrestres. Por eso este gusano del filo Nematomorpha ha desarrollado una extraña y terrorífica habilidad : es capaz de influir en las decisiones del animal que parasita, haciendo que se tire al agua aunque eso produzca la muerte de éste.
Hay otro parásito, el Dricrocoelium dendriticum, que en su fase inmadura en la hormiga afecta a su sistema nervioso para que el insecto cierre las mandíbulas sobre la hierba y sea más sencillo que las devore algún rumiante como un a vaca o una oveja mientras pasta. De esta forma consigue asegurar su descendencia



Parasitos: Control cerebral
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Gracias Alejandra por esta contribución

3 comentarios:

  1. hola, he leido el comentario de ale y se me a ocurrido poner un video muy curioso de otro ejemplo de parasitismo, se llama el caracol suicida,es corto, pero os lo recomiendo, aqui esta la página:http://www.youtube.com/watch?v=aXj44gOS3hQ

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  2. Tenia o solitaria
    La tenia es un gusano plano segmentado que vive en el intestino delgado y grueso de la persona o animal hospedador. Este parásito intestinal se llama también "solitaria" porque es hermafrodita y puede completar su ciclo de reproducción sin necesidad de entrar en contacto con otra tenia.
    Las tenias no tienen aparato digestivo, se alimentan absorbiendo los nutrientes del animal en el que habitan. En su cabeza tienen unas ventosas y ganchos que les permiten fijarse a la pared intestinal. Algunas pueden alcanzar varios metros de longitud. Están formados por segmentos que pueden formar huevos, separarse y excretarse con las heces del hospedador. La falta de higiene, el rascarse, etc. transportan estos huevos y se contagia la tenia de un organismo a otro. También se puede contraer una tenia comiendo carne cruda o poco cocinada, infectada con una larva de tenia enquistada.

    Síntomas
    La teniasis u hospedaje de una tenia no tiene gran peligro médico. Solo produce leves síntomas gastrointestinales, como diarrea, náuseas, dolores abdominales, disminución o aumento exagerado de apetito y pérdida de peso. En cambio, es más peligrosa la infección por ingesta de huevos de una tenia en concreto (Tenia solium) que produce una enfermedad llamada cisticercosis. Los huevos, después de ser ingeridos, se abren y la larva emigra hacia alguna parte del cuerpo donde enquistarse. Puede causar daños importantes según el órgano del cuerpo en donde se forme el quiste. Normalmente se enquistan en los músculos, sin causar mucho daño, pero si el quiste se forma en sitios como el corazón, el cerebro o la columna vertebral, el problema puede ser importante.

    Prevención
    Actualmente la normativa sanitaria obliga a la inspección de los animales sacrificados para el consumo humano, lo que limita mucho la posibilidad de contagio. En todo caso, conviene seguir los siguientes consejos preventivos:
    - Evitar el consumo de carne de res o de cerdo cruda o poco cocinada
    - Lavarse las manos después de manipular la carne cruda
    - Tener cuidado con las heces de personas con una tenia, pues pueden contagiar el gusano
    - Aplicar tratamiento inmediato con vermífugos a la persona que se sospeche que tenga gusanos.
    Debemos decir también que la tenia realiza un tipo de interacción o relación de parasitismo con otras especies que consiste en pequeños organismos o parásitos que viven dentro o sobre la otra especie que ha sido invadida perjudicándola.
    El parasitismo intestinal se presenta cuando una especie vive dentro del huésped, en el tracto intestinal. El parásito compite por el consumo de las sustancias alimentarías que ingiere el huésped.

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  3. Aves parásitas de nidos

    La nidificación en colonias por las aves puede tener asociados unos beneficios, pero también conlleva una serie de costes entre los que destacan el infanticidio y el parasitismo de cría intraespecífico.

    Para reproducirse, algunas especies de aves no se ocupan de sus propias crías, sino que confían esa tarea a los adultos de otras especies. Esa conducta, conocida como parasitismo de puesta, se ha estudiado sobre todo en el cuco. Sin embargo, varias investigaciones han puesto de manifiesto que los nidos de golondrinas y aviones de Europa apenas son parasitados por los cucos. Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de China y Francia sugiere ahora que las golondrinas construyen sus nidos cerca de los humanos para evitar el parasitismo de puesta.

    Cuando se introduce un huevo de cuco en un nido ajeno, puede ser que el ave hospedadora reconozca que el huevo no es suyo y lo expulse del nido, o puede que lo acoja y lo incube. Si el huevo de cuco eclosiona, el polluelo empujara el resto de huevos o polluelos fuera del nido. Una vez que los progenitores se han visto desprovistos de sus crías verdaderas, dedican todo su tiempo y energía a alimentar el joven cuco.
    Con el fin de investigar a fondo las razones de ese comportamiento, los autores del estudio introdujeron huevos miméticos modelo en los nidos de golondrinas comunes, aviones comunes y golondrinas dáuricas. Observaron que el porcentaje de rechazo de los huevos miméticos era muy superior en los pájaros que tenían sus nidos en el exterior que los que lo tenían dentro de edificios.

    Asi que, con el fin de evitar el parasitismo de los cucos, las golondrinas y aviones de Europa han evolucionado y desarrollado la estrategia de construir sus nidos en espacios interiores inaccesibles a los cucos. Por tanto, las aves de nuestro continente son menos hábiles a la hora de expulsar los huevos miméticos de sus nidos. En cambio, las golondrinas dáuricas de China, que todavía construyen los nidos en el exterior y que por tanto son más susceptibles al parasitismo de puesta, reconocen mejor cuándo un huevo no es suyo y lo expulsan del nido con rapidez. Ello demuestra que han logrado desarrollar una estrategia alternativa para reducir el parasitismo.

    El estudio concluye que los cucos tienden a parasitar otros nidos cuando estos se ubican en el exterior y no en lugares protegidos cerca de los humanos. Los resultados indican que las aves sacan provecho de su asociación con los humanos al reducir el riesgo de parasitismo.

    En definitiva, este fenómeno se puede describir como: tipo de cleptoparasitismo que se encuentra entre las aves, los peces o insectos, involucrando la manipulación y uso de individuos hospederos, tanto de la misma especie o de otra especie para criar la descendencia del parásito de puesta. Esto libera a los progenitores parásitos de la inversión de cría de los jóvenes o de la construcción del nido, permitiéndoles pasar más tiempo alimentándose y produciendo más descendencia

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